Compartir el Rumbo
Tener pareja es una de las cosas que más nos mueve a los humanos. Siempre me ha intrigado la cantidad de tiempo y energía que le dedicamos a la búsqueda de esa persona especial.
Si observas todo lo que mueve ese deseo es impresionante; le dedicamos horas de nuestra atención y creatividad al tema, está siempre presente en la música, el cine, la religión, los negocios, y en casi cualquier actividad humana.

Después de 12 años de compartir camino con mi esposa, me llama la atención que lo más simple es lo más importante.
Hacer equipo. ¿Suena fácil verdad? Pero cuando estamos viviendo una vida de pareja es más fácil olvidarlo. En buena medida se debe a que no estamos acostumbrados a ponernos en los zapatos del otro, además, a nuestra pareja le proyectamos una enorme cantidad de expectativas.
Queremos que sea una persona sin falla, que nos cuide, nos ayude, nos proteja, nos busque, nos divierta, nos conquiste de nuevo, nos contenga, nos impulse, y mil demandas locas más. Y desafortunadamente, sólo estamos enfocados en nuestras necesidades y olvidamos que el otro también espera lo mismo. Cuando tuve la oportunidad de ser más que amigo de mi esposa, tuve mucha suerte. Mi intuición tomó el mando en esa decisión. Algo en la médula de mis huesos me decía que con ella podría navegar. Nunca lo había sentido con alguien, en mis relaciones anteriores sentía que todo era una lucha por dirigir la dirección del bote. Y sentí que había llegado alguien que estaba dispuesto a dialogar el rumbo. No deje ir esa oportunidad y hoy en día me siento el hombre más afortunado del universo. Tenía una mujer divertida, bella, inteligente, curiosa y decidida. ¿Que más podría querer? Cuando tenemos problemas, después de un rato de andar de amargado, caigo en cuenta que estoy enfocado en mi dirección. Dejé de ser el compañero de rumbo y me estaba clavando solo en mi rumbo, en "mis cosas. " Olvidar las necesidades de tu pareja, crea una enorme barrera, si quieres que funcione necesitas hacer equipo. No olvidar que eres parte importante en cuidar las necesidades de los dos. Sé que muchas veces, cuando estamos bien encabronados, tenemos la inercia de pensar que el otro es un egoísta. Yo voy a enfocarme en lo mío, pensamos.
Pero eso solo genera distancia y resentimiento. No es buena idea dejar de hacer equipo en un barco que está en mar abierto, las tormentas y las corrientes son difíciles, y pueden desviar el curso muy fácilmente si los tripulantes no se están ayudando. ¿No crees? Así que si tienes pareja o estás buscando una, creo es una buena idea siempre estar al pendiente de lo siguiente: ¿Estoy haciendo equipo? ¿Estamos ayudándonos?
Y si tienes tanta suerte como yo, te darás cuenta que tienes a alguien que quiere compartir el rumbo.